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1Sueña despierto un poco. Si tiene unos minutos antes de que suene la campana, deje que su mente divague un poco. Piensa en lo que harás después de la escuela o en el lugar del mundo que viajarías si pudieras ir a cualquier parte. Piense en diferentes versiones de sus personajes favoritos. Imagínese que puede volar o tener algún otro superpoder. Deja que tu mente divague y tómate un pequeño descanso. Cuando regrese, se dará cuenta de que ha pasado más tiempo del que esperaba.[1]
- No dejes que tu imaginación divague demasiado. Intente volver a centrarse en el material de la clase incorporándolo a sus vuelos de fantasía. Por ejemplo, si estás aburrido en la clase de matemáticas, trata de incluir la lección del día en una fantasía sobre robots para mantenerte conectado a tierra y aprendiendo. ¿Estos robots luchan entre sí usando la ecuación cuadrática?
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2Doodle en tu cuaderno. Si tu profesor no hace las rondas para ver lo que estás escribiendo, puedes intentar dibujar en tu cuaderno mientras habla. Si inclina el cuaderno hacia usted, parecerá que está tomando notas, pero en realidad hará que el tiempo pase más rápido. Bonificación por mejorar un poco tu arte.[2]
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3Disfrute de un tiempo de escritura creativa. Este método puede funcionar incluso mejor que hacer garabatos. Siempre que tu profesor no observe demasiado de cerca las palabras, definitivamente parecerá que estás tomando notas. Escribe una entrada de diario o escribe una nota a tu mejor amigo. Alternativamente, intente escribir una historia corta basada en algo que vea en la habitación. ¿Cuál es la historia de vida de esa engrapadora, por ejemplo?[3]
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4Haz rimas. Con todo lo que diga tu maestro, intenta convertirlo en una rima. Por ejemplo, si tu profesor dice: “El clima en España es muy húmedo”. Podrías pensar, “Cuando en España, lloverá”. Como bono adicional, todavía estará prestando atención parcialmente.[4]
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5Cuenta tu camino hacia la libertad. Elija algo para contar. Puedes contar la cantidad de veces que tu maestro usa la letra “z” o la cantidad de veces que dice “¡Escucha!” Contar lo obliga a permanecer despierto y puede ayudarlo a perder la noción del tiempo.[5]
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